viernes, 5 de octubre de 2007

Jefes sordos

Cuando me doy cuenta de que mi jefe no me está escuchando, y yo le estoy diciendo algo importante, me callo.
Si no le importa, lo lamento.
Al rato seguro que me llama para preguntarmelo.
Hablo poco y encima cuando hablo no me escucha, a veces tampoco me mira.
Y cuando me habla lo hace muy rápido, a veces ni Sisi le entiende, y nos miramos como diciendo "qué dijo????". Por eso yo le repito todo lo que dice, aunque quede como una idiota.
Total siempre quedo pegada, haga lo que haga.
Me distraigo y me voy a otra oficina, grande, ventilada, de paredes blancas, silenciosa y con varias personas amables trabajando, interactuando entre sí de a ratos, colaborando unas con otras.
Ah, si, pero yo sigo acá.

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2 comentarios:

A las 10 de octubre de 2007, 11:57 , Blogger El Analista ha dicho...

Pasa en las mejores familias, a lo mejor es una etapa previa al lugar ideal, quien sabe

 
A las 10 de octubre de 2007, 14:40 , Blogger | Perla | ha dicho...

Analista, ojalá, pero es que soy un poco pesimista.

 

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