miércoles, 28 de noviembre de 2007

Ataques de pánico - II

Recordando todo varios años después las cosas se ven distintas, cómo no. En el momento en que se está viviendo un ataque de pánico uno puede llegar a pensar cosas totalmente inverosímiles pero que sin duda están vivitas y coleando en alguna parte de nuestro inconsciente. De repente, salen a la luz y perturban. Y ese es el momento de asumirlas, patalear y descargarse antes de que nos destruyan.
En mi caso aún no estoy segura de qué fue lo que desencadenó mis ataques. Puede haber sido el estrés laboral, aunque los primeros (aislados) episodios que sufrí fueron en una época en la cual mi trabajo era bastante tranquilo. Otra probable causa sería un incidente aéreo que viví viajando sola y que me asustó mucho, en este caso estaríamos hablando de un estrés postraumático. O habrá sido la mezcla de varios acontecimientos?
Una de mis mayores preocupaciones era imaginar que me iba a aburrir el resto de mi vida, que no iba a encontrar nada divertido para hacer, que la rutina sería mi destino. Y de hecho, algo de eso hay, porque en mi vida no hay absolutamente ninguna actividad que me llene el alma, que sirva de estímulo positivo y me haga levantar contenta de la cama todos los días. Todas las actividades lo único que generan en mí es tedio. Puedo fingir que algo me interesa y tratar de hacerlo con entusiasmo, pero es pura cáscara, en el fondo no hay nada. No pasa nada (aún).
Desde ya que mi hijita (y el/la que viene en camino) me inyecta vida en las venas a cada segundo, yo me estoy refiriendo a otra cosa. A esas tareas que lo hacen sentir a uno útil, satisfecho y feliz. A veces pienso que me equivoqué de carrera universitaria y otras creo que en realidad lo que encaré mal de entrada fue mi carrera laboral. Cuántos abogados hay que trabajan en publicidad, por ejemplo. Tal vez yo creí que me gustaba cierta actividad y con el tiempo, ejerciéndola, me di cuenta de que no. Las preguntas que quedan flotando es: entonces qué hago? Para dónde quiero ir? Se me acaba el tiempo.
Tal vez lo que lograron los ataques de pánico fue que me tomara las cosas con más calma, que no me preocupara tanto por pavadas sino por lo realmente importante. Después de la muerte de mi madre atravesé una época similar. Yo evaluaba las cosas en términos de vida / muerte y lo que realmente me importaba eran los asuntos que implicaban muerte. Así, por ejemplo, un parcial era una pavada. Estudiaba y aprobaba. No tener con quien salir era una pavada. No me iba a morir por eso. Y así supongo que como un mecanismo de autodefensa fui borrando o aplacando algunos sentimientos.

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3 comentarios:

A las 28 de noviembre de 2007, 17:38 , Anonymous Anónimo ha dicho...

debe ser tan duro

 
A las 28 de noviembre de 2007, 18:12 , Blogger | Perla | ha dicho...

Si que lo es, pero tiene cura, eso es lo importante.

 
A las 3 de diciembre de 2007, 20:24 , Blogger El Analista ha dicho...

De corazón espero que estés mejor, que no tengas mas ataques, si bien no llego a imaginarlos vos lo transmitís demasiado bien

 

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