lunes, 19 de noviembre de 2007

El casorio


Con mi hermano fuimos los primeros en llegar al lugar de la fiesta porque no fuimos a la iglesia, no llegábamos a tiempo. Tuve tiempo de ponerme los zapatos y la camisa en el auto y de maquillarme sola en el baño, que por suerte tenía unos espejos enormes y bien iluminados.
La recepción fue en el parque, comida por doquier y yo sintiendo asquito por la mayoría de los platos, qué pena! Me clavé uno o dos platos y ya, me dediqué a tomar jugo de naranja.
Luego pasamos al salón a esperar a los novios ya ubicados en nuestras mesas. Un rato de bailongo y directo al plato principal. En otro momento lo hubiera desintegrado pero esa noche no pude comer más del 20%.
El baile estuvo bárbaro, aunque yo bailé solamente media hora, fui capaz de quedarme sentada casi sola hasta las 5.30 am porque la música era muy linda.
A esa hora nos fuimos, ya era de día.
No me arrepiento de haber ido pero reconozco que con náuseas fue una especie de desperdicio. Demasiada fiesta para mi estado de gravidez.

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