Soy un mártir
Mis días laborales transcurren tranquilamente, al son de Sisi filosofando:- A mí me gustan más los pantalones de jean, me puse estos que los encontré, es como que con estos tengo mas filo.
- Hoy esta todo tranquilo. Estoy al pedo (luz roja, se vienen las bolufrases).
- Me voy a hacer el tecitooooo, me voy me voy me voy.
- Flaca, no me dejes… (intenta ser la canción de Calamaro)
- G es re-gauchito, es.
- Este es como el negro Oro, son fracasados son.
- L es devota de San Expedito, dice que ella lo trajo acá al pueblo (????????).
- A las 3 de la mañana me dio un calambre en la pierna, ayyyy, qué horrible por favor.
- Hoy qué día somos? A ver… Qué día somos?
- Salieron bien, salieron bien, salieron bien! (porque un fax llegó bien).
- Yo me voy, vos te quedas? (frase elucubrada todos los santos días cuando llega la hora de irse a casa)
Intento ponerme tapones invisibles en los oídos y no puedo. La miro y asiento con la cabeza, pero mejor no, para ella es una invitación a continuar. Vuelvo a mi pc y tomo nota de lo que voy escuchando, y sigue…
2 comentarios:
Algunos tiene ese no se que de dejarse sistematicamente el cerebro en la casa mientras otros no lo podemos apagar cuando ellos se olvidan el suyo.
Mejor expresado, imposible!!
Pero cinco días por semana a veces es demasiado para mis pobres neuronas.
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