miércoles, 5 de septiembre de 2007

Bochornete

Una vez, en el cumpleaños de un ahijado de mi papá, había dos matrimonios jóvenes. Uno de ellos tenía una nena y el otro tenía mellizas, las mellizas unos dos años más chicas que la nena. Yo los conocía a todos de antes, desde ya, en este pueblo somos pocos y nos vemos todos los días, pero era la primera vez que veía a las mellis.
Estuvimos charlando bastante, ellos contaban anécdotas de la crianza de los hijos y yo prestaba atención. Al terminar la fiesta cada uno se fue por su lado.
En esa época yo estudiaba en Buenos Aires y no venía muy seguido, por ese motivo mi memoria fallaba bastante en lo que a asuntos locales se refería.
Dos años más tarde hubo una reunión de ex alumnos en mi colegio a la cual asistió la madre de la nena (B). Era un lío bárbaro de gente saludándose, riéndose, recorriendo las instalaciones y demás. Ver caras que una había olvidado refrescaba recuerdos y éstos se mezclaban con las vivencias actuales formando una especie de madeja enredada dentro de mi cabeza.
De pronto con mi grupo de amigas nos acercamos al grupo de amigas de B y nos pusimos a charlar de todo un poco. Que cómo andás, que dónde estás, tenés novio, las lenguas no daban abasto… Y yo le digo: “B, tanto tiempo…Vos tenías mellizas, no?” Y ella con voz suave y calma me contesta: “No, yo perdí mellizas”…”GLUP”. Ese momento fue para mí El PAPELON, lo único que se me cruzaba por la mente era TRAGAME TIERRA. Mmmmmmm, “Tenés razón, perdoname, vos tenés una nena”. Una de mis amigas que escuchaba el diálogo tuvo que sostenerse la mandíbula para que no se le cayera... Yo quería explicarle que me había confundido con el otro matrimonio, aunque yo sabía lo de la pérdida de su embarazo y me había olvidado. Pero qué más le podía decir, si intentaba aclarar algo terminaría oscureciendo. De eso no me olvido más, podés estar seguro.

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